Si [los átomos] no se desviaran así, todos caerían rectos,
Como gotas de lluvia, en el vacío sin fondo:
No se darían entre ellos ni encuentros ni choques;
Y la naturaleza no hubiera podido crear nada.
(Lucrecio, De rerum natura)

15.3.13

Mitos acerca de la movilización social (II): de la conciencia informada


El segundo mito acerca de la movilización social sobre el que quisiera reflexionar es el que llamaré “mito de la conciencia informada”. Este mito vendría a decir que basta con estar bien informado para decidirse a participar en una acción colectiva en pos de un bien común. 
  El mito de la conciencia informada es, en parte, una variante del mito de la movilización individual, ya que como éste presenta al individuo aislado, esta vez encerrado en su conciencia, tomando decisiones fuera del mundo. Pero, añade un tono entre “espiritualista” y “cibernético” al individuo separado que merece ser atendido por sí mismo.  Por supuesto, al presentar este mito no pretendo decir que no es necesaria la información, y más todavía la buena información, para la movilización social, sino argumentar que existe una imagen mitificada de la movilización social que nos hace pensar que es suficiente con la información para que aquella se produzca, se mantenga y se extienda.
  Nuestra experiencia por sí sola ya nos dice que no es así, pero podemos de nuevo mostrar que no es sólo que la realidad tenga poco que ver con esa imagen, sino que además la movilización jamás podría surgir de la mera información.
  Esta vez voy a utilizar otro dilema llamado “del prisionero” para mostrar la imposibilidad del mito de la conciencia informada. Existen múltiples versiones que exponen el dilema. Pero voy a probar a hacerlo con una nueva por razones que se verán más adelante.