Si [los átomos] no se desviaran así, todos caerían rectos,
Como gotas de lluvia, en el vacío sin fondo:
No se darían entre ellos ni encuentros ni choques;
Y la naturaleza no hubiera podido crear nada.
(Lucrecio, De rerum natura)

19.11.11

LA NO-REPRESENTACIÓN SÓLO ES EL PRINCIPIO

Para el 15M, se diría, la no-representación no ha sido, no es, más que el principio. Ahora bien, hay que reconocer que tal afirmación está toda ella atravesada por la ambigüedad. Porque el principio es el inicio en el tiempo. Y en efecto el 15M empieza declarando que los políticos no nos representan. Pero, el principio puede ser también un rasgo definitorio del 15M. El “no nos representan” es una toma de posición que da al movimiento su carácter rupturista, su distancia, su novedad respecto al modo en que la vida política funcionaba hasta ahora en España. Decimos, además, que la no-representación no es más que el principio, esto es, que sólo es un gesto de rechazo, un simple amago de éxodo que por sí mismo apenas produce consecuencias reales. Y es sólo el principio, por último, precisamente por su ambigüedad, porque el “no nos representan” parece una consigna tan vaga que casi no significa nada.
Pese a todo, y por una de esas paradojas que asedian lo imaginario, aunque parezca vacío, el “no nos representan” está lleno, repleto hasta desbordarse, de las muy heterogéneas maneras de entender la relación entre la ciudadanía y el sistema de partidos que componen el movimiento. De modo que, siendo una toma de posición esencial para el 15M, el “no nos representan” puede significar siempre demasiadas cosas. Conviene, por ello, nombrar al menos algunas de ellas, no con la pretensión de abarcar un espacio que nos excede, sino en busca de indicadores que nos ayuden a afrontar ese vacío abarrotado. [seguir leyendo]

Nicolás Martino también tradujo al italiano este texto, esta vez para Alfabeta2 (nº15, diciembre 2011). Leer aquí.